Historia

La disposición de los espacios sigue un diseño funcional y flexible, con áreas que pueden adaptarse según las necesidades del evento. Las terrazas, que sobresalen del edificio hacia el mar, extienden el espacio hacia el exterior, proporcionando un lugar ideal para disfrutar de la brisa y las vistas.

En cuanto a los materiales, predominan el vidrio y el metal, lo que le confiere un aspecto moderno y limpio, mientras que los tonos neutros del interior crean un contraste sutil con el entorno natural. La forma general de Kibón equilibra la estética contemporánea con una estructura acogedora y funcional, haciendo que el edificio sea una extensión del paisaje costero de Montevideo se construye con la función de ser utilizado como parador playero. Originalmente, fue concebido en la década de 1950 como un punto de encuentro para disfrutar de la playa y el ocio en la Rambla de Pocitos, convirtiéndose en un lugar emblemático para los montevideanos y turistas.

A lo largo de los años, el edificio fue testigo de numerosos cambios en la ciudad y en las costumbres de sus visitantes. Con el tiempo, la necesidad de modernización y la evolución de los espacios de eventos llevaron a una transformación significativa del parador original. En esta renovación, se buscó revitalizar el lugar, adaptándolo a las demandas contemporáneas de eventos y celebraciones, mientras se preservaba su esencia como un espacio comunitario.

La remodelación fue diseñada para aprovechar al máximo su ubicación privilegiada, y se inauguró como Kibón Avanza en 2014, consolidándose como un centro de eventos versátil y moderno. Desde entonces, ha sido un lugar clave para celebraciones, reuniones corporativas y eventos sociales en Montevideo, atrayendo a una amplia variedad de clientes y convirtiéndose en un referente en el ámbito de la organización de eventos.

A lo largo de su historia Kibón ha ido adaptándose a las necesidades de la sociedad, manteniendo su relevancia como un espacio significativo en la cultura y el entretenimiento de la ciudad. Su legado como parador playero se combina ahora con una propuesta contemporánea, haciendo de él un símbolo de la modernidad en un contexto costero tradicional.

Pasado

El 25 de diciembre de 1956, Montevideo fue escenario de una de las tragedias más recordadas en su historia reciente: el colapso de una plataforma en el balneario Kibón, que provocó la muerte de 10 personas y dejó más de 100 heridas. La estructura de madera, que se encontraba frente al popular balneario, estaba diseñada para albergar a los espectadores que asistían a los fuegos artificiales de la noche de Navidad. Sin embargo, el exceso de personas sobrecargó la plataforma, que no estaba diseñada para soportar ese volumen de público.

El incidente ocurrió en el momento más crítico, cuando la estructura se desplomó repentinamente bajo el peso de la multitud. Entre las víctimas fatales había tanto adultos como niños, y los heridos fueron atendidos rápidamente en hospitales cercanos, aunque muchos sufrieron lesiones graves. La tragedia dejó una profunda huella en la sociedad montevideana, que vivió un golpe emocional al ver cómo una celebración navideña se transformó en un desastre.

Este trágico evento generó un debate sobre las condiciones de seguridad en eventos públicos y la necesidad de establecer regulaciones más estrictas para evitar futuras catástrofes. A raíz de este suceso, las autoridades comenzaron a prestar más atención a la seguridad en lugares de concentración masiva, lo que marcó un antes y un después en las normativas de seguridad en Uruguay.

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